lunes, 20 de julio de 2009

La ideología y los partidos políticos, juego más bien de poder.

La vocación democrática en México no se instalo necesariamente debajo del paraguas de la conciencia argumentativa de tal o cual ideología (o de la expresión de las muchas). Y esto tiene trasfondo histórico. El surgimiento del Gran Partido, no obedeció a un aire fresco emanado de la revolución o de la idea de democratización representativa para y por los muchos, nació para dar cobijo “Institucional” a las facciones vencederas de la revolución y la agrupación de los intereses no caudillisticos se da por medio de los “Sectores”; pero el verdadero poder era detentado por los caudillos de la revolución, es pues la creación de un partido por y para el poder. De tal suerte que la verdadera construcción institucional en México es por y para el poder, pero el problema es que esta no estuvo ni pudo estar diseñada para contener a los poderes de facto sino desde la verticalidad que le permitió al Partidote más menos setenta años de gobierno mas bien con pocas vicisitudes.

La democracia más participativa e institucional (o sí se quiere de alternancia y ciudadanizada) se instala en la estructura diseñada desde el génesis del Gran Partidote pero con una nueva fenomenología: Los poderes de facto antes acomodados bajo el paraguas de un inmenso bagaje ideológico del Partidote y ante la nueva realidad económica mundial pueden acrecentar su poder para la persecución de sus fines y al perderse la verticalidad del Partidote el juego ahora se denomina en dólares y en grupúsculos bien identificados en sus cotos.

Ruta que los partidos políticos también recorrieron; por lo que no es de extrañarse que por ejemplo un partido como Acción Nacional que llegó a tener un núcleo doctrinario muy complejo e interesante pero que nunca pudo obtener mayores victorias políticas haya iniciado su ruta al poder a partir de la concertación con los poderes de facto (incluido el Gran Partidote) y la perdida de su vocación ideológica nuclear para dar paso a un burdo Ditto de las peores practicas del priato pero con una perversa visión moralizada de mano de la derecha más ramplona. Lo mismo pasó con el PRD, solo alcanzo la posibilidad de aspirar a la silla grande realmente, de la mano de un caudillo y con un raudal de pragmatismo. Pero el negocio es por y para el poder en su más rancia esencia.

El intento de refundación del PRD aparentemente también pasara por la denominación, intentaran (esperamos y no solo estaturiamente como el PRI) posicionarse dentro de la geometría política en la socialdemocracia, según la nota de Francisco Renséndiz hoy en el Universal; es un reclamo añejo al interior del PRD de ciertas facciones particularmente de los Chuchos y por ahí esporádicamente Ebrard ha coqueteado con la etiqueta.

A propósito igual despropósito tiene bastante ocupados a los Panistas y al Presidente Calderón a raíz de los toma-toma que se pusieron y les pusieron en las últimas elecciones, causado entre otros factores por su perdición ideológica de lo que significa el ejercicio de gobierno. La ideología no solo la podemos centrar en estar a favor o en contra del aborto, la pena de muerte, la posibilidad de matrimonio entre entes del mismo sexo, etc. temas que AN tiene más o menos claros en sus posturas.

Pero el problema no es de etiquetas ni de falsos remedios como pretende promover la corriente anulacionista, es un problema de construcción seminal del poder, Jesús Silva-Herzog Márquez en su columna del pasado 13 de julio lo anotaba perfectamente: “…[L]os cambios necesarios están en la órbita del régimen presidencial y del arreglo federal. Ahí está la reforma urgente.”

Sano ejercicio resultara en que el PRD pueda encontrar la refundación en su concepción ideológica que pasara por sus militantes afiliados (interesante averiguar como y donde acomodan al Mesías del Trópico) y más sano será sí el ejercicio puede ser los más abierto de cara al escrutinio público. Pero todo ejercicio de reconversión será ocioso sino se atiende la necesidad imperante de modificar la estructura del poder en todas sus acepciones posibles, es hay donde esta el juego y no en las etiquetas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante blog, sólo habría que darle seguimiento. Saludos, El Mini.